Friday, February 19, 2010

sinopsis

‘Razones para el exxxilio’
Una película existencialista y exhibicionista

Gabriel (Giovanni Ciccia) es un joven que llega a New York con la ilusión de dedicarse a su gran pasión, el cine. 

Después de muchos intentos, Gabriel siente que ha logrado escribir el guión de su carrera, una historia que dará vida a una original película pornográfica. 

Con un excelente guión en la mano pero sin nada de dinero, Gabriel empieza a buscar alternativas para poder producir su film. Por recomendación de su jefe, en el trabajo que hace para sobrevivir, Gabriel se pone en contacto con personas de no muy clara reputación, quienes le dan el dinero con la sola condición de que el papel principal se lo de a la mujer del inversionista. Lo que en principio no parece ser un obstáculo, se convierte al final para Gabriel en la tragedia de su existencia. Gabriel ha arriesgado todo por realizar su film y quien arriesga… siempre puede perder.

rollo

En esta cinta, de 1 hora y 20 minutos, el humor, el sarcasmo, la acción, el drama y el sexo se encuentran para provocar carcajadas y despertar el mismo sentimiento de frustración del extranjero que llega a Nueva York con la maleta cargada de sueños que nunca realiza.

 

La película hay que verla con la misma incertidumbre que tienen los recién llegados a la Gran Manzana: hay que esperarse de todo, nunca se sabe, porque de eso depende que logre sorprenderse o no con lo que ve. Así mismo lo deja saber JuanMa en el guión: ‘Nueva York es una ciudad que te promete y no te cumple, una ciudad donde te encuentras en un escenario que no te esperabas”, dice Karen (Vanessa Saba) en una de las escenas claves del film.

 

La película está rodada en soporte digital, blanco y negro con ciertas escenas en color, y aunque la mayoría de los diálogos están en español, los subtítulos y la trama la hacen completamente entendible para cualquier público. La edición y el sonido son impecables, y hay un cuidado esmerado en los detalles. JuanMa ha hecho un gran trabajo tambien en la banda Sonora donde destaca la musica de Rebio Diaz y Rafo Raez.

 

Véala, ríase y piense.

 

reel

Thursday, February 18, 2010

cinencuentro

Razones para el exxxilio, de Juan Manuel Calderón

Nuestro amigo Luis Carlos Burneo, incansable motor de El Cinematógrafo de Barranco nos envia unas líneas sobre ese pequeño milagro que es la primera película de Juanma Calderón, Razones para el exxxilio, léanla y sepan porque ha despertado tanto interés tras su estreno en Lima.

La próxima función será el lunes 24 de abril a las 8:00pm.

Razones para el exxxilioRazones para el exxxilio (2004)
Dir. Juan Manuel Calderón | 90 min. | Perú – EE.UU. | DVD
Intérpretes: Giovanni Ciccia, Jimena Lindo, Sergio Galliani, Vanessa Saba

¿Alguna vez te has topado con una de esas películas que se vanaglorian de “prácticamente no haber costado nada”? Bueno, cada vez que has escuchado esa frase te han mentido, porque generalmente siempre hay un presupuesto mínimo que se utiliza para costear asuntos técnicos y probablemente alimentación y movilidad de los actores, así como del equipo de producción.

Aclarado este punto puedo ahora anunciarles que, efectivamente, la películaRazones para el exxxilio no costó un solo centavo y es, al mismo tiempo, el sueño cumplido de cualquier cineasta joven y entusiasta: una selección de algunos de los actores más rankeados de nuestra ciudad, un filme “internacional” filmado de manera integra en la ciudad de Nueva York, una interesante experiencia de seducción con todos los preconceptos de llamado “low budget”. En resumen, toda una experiencia.

Ya es historia conocida que el director Juan Manuel Calderón es un peruano “autoexiliado” en el país del Tío Sam, que dejó un gran legado de trabajos en video realizados en Lima, así como un gran grupo de amigos actores que un día lo llamaron y le dijeron: “Juanma, estamos yendo a Nueva York a grabar tu película”. Esos amigos actores eran nada menos que Giovanni Ciccia, Jimena Lindo, Sergio Galliani y Vanesa Saba, quienes desde Lima y desde España (y desde su propio bolsillo) arribaron a la gran manzana para cumplir el sueño del director.

“De parte de los productores, que no existen, queremos agradecerles que hayan venido. De parte de los que financiaron esta cinta, que tampoco existen, agradecemos que hayan venido. De parte del guionista de esta película, que tampoco existe, queremos agradecerles que hayan venido”, bromeaba un Giovanni Ciccia contento (¿y sorprendido?) ante la sala de El Cinematógrafo repleta de personas el día de la presentación del filme de Juanma en Barranco. “Esta película no costó un centavo. Ninguno de los actores cobró (y todos se pagaron su propio pasaje), yo hice la cámara, un amigo el sonido, y simplemente era un juego de improvisaciones ante una base. No hubo mayor edición, porque eran planos secuencia y simplemente los “pegábamos” en la computadora por las noches. Todos nos quedamos, durante 10 días, durmiendo en la sala del depa de un amigo”, cuenta el director.

El resultado, en mi humilde opinión, es impresionante. Razones para el exxxiliodebe ser una de las películas peruanas más graciosas, más encantadoras y más sinceras que he visto en mucho, mucho tiempo. Es una cinta que constantemente se burla de sí misma, y por que no, de aquella “seriedad” que tanto se esfuerza en tener el cine peruano, “seriedad” impuesta con tanto empeño que se torna, muchas veces, en ridiculez.

Pero… ¿de qué trata la película? De un peruano director de cine experimental (Giovanni Ciccia) que un día llega a Nueva York pensando en que la mejor manera de “hacerla linda” es realizando cine porno, y lo demás deben descubrirlo ustedes. Les aseguro que es una película que jamás olvidarán.

Luis Carlos Burneo

butaca


Juan Manuel Calderón

“Yo practico un dogma más puro, pero por necesidad, no por cool

Escribe Luis Pacora

 

Juan Manuel Calderón, videasta peruano “auto-exiliado” en New York desde el 2001, acaba de entregarnos su primera aventura en largometraje: “Razones para el Exxxilio”. La cinta, rodada íntegramente en la ciudad de New York, narra la historia de Gabriel (Giovanni Ciccia), inmigrante peruano en Nueva York dedicado al cine experimental, que en su desesperación por ganarse la vida se introduce en la industria de las películas pornográficas, subvencionado por la mafia, y es acompañado en esta alucinante aventura por Cristian (Sergio Galliani) y su hermanita Sonia (Jimena Lindo).

Juan Manuel, cuyo trabajos anteriores se componen básicamente de cortometrajes experimentales, nos brinda en esta oportunidad una visión descarnada y jocosa acerca del fenómeno migratorio tan cotidiano en nuestra realidad. Su tono ligero, plagado de gags, diálogos con humor ágil y situaciones llevadas al límite de la parodia hacen de esta primera entrega una grata revelación. Nos muestra a un joven realizador que elabora su película lejos de cualquier pretensión, lo cual es muy meritorio.

Además de sus trabajos en videoarte, ha sido el artífice de movilizar el arte latinoamericano independiente en EE.UU., a través de muestras de arte, colectivo de artistas y un exitoso programa de televisión. “Razones para el Exxxilio” es la primera parte de una trilogía sobre peruanos exiliados en diferentes ciudades del mundo. Las segunda y tercera parte llevarán por título “Los motivos” y “Las Circunstancias del exilio” y serán grabadas en Madrid y Chile, respectivamente. Se espera su estreno para el mes de octubre.

Preparando un peruanísimo seco con pallares, Juanma habló con nosotros desde la comodidad de su exilio, paradójicamente en medio de protestas masivas de inmigrantes latinos residentes en EE.UU.

 

 

Hace una semana, acabas de presentar oficialmente tu película “Razones para el exxxilio”, a sala llena en el Cinematógrafo de Barranco, ¿qué impresiones al respecto?

 

Feliz de poner la película, de ponerla allí precisamente, de que la gente la vea, se ría, se bacile y después se quite nomás... esa fue la impresión más rara, no estoy acostumbrado a eso, siempre me gusta conversar después con la gente... para la segunda función tuve que comprar vino y chelas para ver si la gente se quedaba. Creo que poner “Razones...” como película no es lo mismo que ponerla como video, aunque ”Razones...”, siendo mi primera película, es a la vez otro video más, como cualquiera de los de siempre.

 

 

¿Cómo surgió la idea de realizar la película?

 

La escribí llegando a New York, luego postulé el guión para un festival de películas realizables en tres días. No pasó nada, pero quedó el guión y la infraestructura logística planeada para ser hecha en tres días, incluida la edición, por eso no fue difícil convencer a los actores, sólo había que comprometerse por un fin de semana, les interesó la idea y así llegó Giovanni (Ciccia) y con él convencimos a Jimena (Lindo) en Madrid.

 

 

El 2001 cogiste tus maletas y viajaste a New York, ¿cuáles fueron las razones para tu exilio?

 

New York era mi sueño, todos los superhéroes están aquí: el Hombre Araña, Batman, Superman,... New York no es un motivo es mas una circunstancia, no vine aquí a “hacerla linda” sino porque me casé con una americana y allí gasté toda mi suerte.

 

 

Además de ese gran motivo, ¿hubo alguna otra razón?

 

En Lima ya no tenía techo, sabía que cualquier parte del mundo sería perfecta para hacer lo mismo: videos. Ahora  muero por estar en otras partes porque donde sea haré lo mismo y New York me hace recordar eso siempre.

En algunas escenas de la película, el personaje que interpreta Giovanni Ciccia tiene problemas para comunicarse con la gente porque casi no habla inglés, ¿cómo ves el problema de la comunicación en esta nueva  Babel que es New York?, ¿qué otros aspectos propios del migrante piensas abordar en tus película?

No lo sé, mi siguiente película se desarrollará en España y allí el lenguaje no es un problema, allí habrá otro tipo de problemas.

 

 

El racismo por ejemplo

Claro, aquí por ejemplo eso no se da mucho, en todo caso el racismo es mas bien de estatus, de cuánto dinero tienes en el banco.

En la película hay muchos guiños al videoarte, tus anteriores trabajos en cortometraje fueron esencialmente experimentales, ¿podrías hablarnos de ello?

Lo primero que hice fue muy malo, tuve pretensión y me fue mal, así que nisiquiera tuve que reinventarme como videasta, sólo hacerme el huevón... por eso experimenté, no podía usar nada como se debía porque lo haría mal, así que opté por no usar nada: no sonido no imagen no idea no concepto, sólo lo que me saliera de adentro.

¿Qué te interesaba transmitir en tus trabajos de videoarte?

En videoarte me dediqué a contemplar la imagen, a jugar con los efectos. Aprendí a generar emociones en el público, a que siempre sería mejor un intento que cualquier cosa ya hecha.

“Eternal love in subway stop”, el cortometraje que realizaste en EE.UU., el 2002, guarda muchas similitudes estéticas con tu película, ¿te sirvió este trabajo como antecedente?

Claro, por eso te hablaba de los planos secuencia y la negación de lo convencional, “Eternal love...” es un video donde no pasa nada a pesar de que está pasando algo. Creo que con este trabajo me doy cuenta si estoy listo o no, que a pesar de tener una imagen había llegado a la nada con el video.

Hablando de antecedentes, ¿cuáles han sido tus referentes cinematográficos y videográficos para esta película en particular y para tu crecimiento como realizador en general?

En video: mis amigos Ricardo Ayala (“el anti”) y Fermín Tanguis. En cine: Sam Pekimpack, Woody Allen, Scorcese, Altman, Pulp Fiction me mató, vi Un día sin sexo y me encantó. Oscar Natters e Íntegro me influenciaron en cuestiones de imagen, color, textura, etc.

Digamos que por la rama tradicional del videoarte no hay nadie en especial, ni Nam June Paik ni Bill Viola o Fluxus?

No conozco a esa gente. Lo otro que me convenció de hacer la película fue el movimiento Dogma 95 de Dinamarca.

Claro, tu película tiene mucho de eso

Si, aunque yo practico un dogma más puro pero por necesidad, no por cool, ja,ja.

Me llama la atención el hecho de que la película se haya realizado sin presupuesto alguno, y eso no como un eufemismo marketero sino casi una manifestación patriotera de comunión entre amigos (peruanos) para ayudarte a realizar tu película, una especie de reunión en la que todos pusieron de “la suya”  para la “chanchita”, háblanos de eso…

Si, yo tenía menos plata que ellos a pesar de ser el anfitrión. Empezamos todos juntos, al final cada uno tomo su rumbo nuevamente porque sabemos de dónde venimos y lo que queremos. “Razones...”, como cualquiera de mis trabajos, somos los amigos pasándola bien, tomando un reto, enfrentando nuestras diferencias.

¿Crees que eso influyó en las actuaciones, que en esta ocasión resultaron muy convincentes, bien trabajadas, sobre todo la de Giovanni Ciccia?

Creo que Ciccia te respondería mejor esa pregunta. Mi relación con los actores nunca es la mejor, eso se ve en la película aunque exagerado, yo sólo quiero que cry .

New York, la “gran manzana”, es desde hace décadas el centro de producción artística en EE.UU., ¿ayudó este ambiente a desarrollar tu película?

Claro, pienso que “Razones...” es mi homenaje a “Manhattan” de Woody Allen. El arte, la gente, la comida, la calle, todo aquí es como parte de una película.

Apenas llegaste a la “gran manzana” empezaste a desarrollar lo que meses después sería “Latin Artist in New York”, el programa de televisión (transmitido por el canal Bcat de Brooklin) que recorría las calles de la ciudad buscando capturar nuevas propuestas de artistas latinos independientes, ¿háblanos sobre esta experiencia?

Ese era parte de mi plan para tener una “mancha” de amigos, para inventarme una pequeña Lima. Entonces gané una residencia en un canal de televisión de acceso público y aproveché para sacar mi programa sobre artistas, ya que lo único que sabía hacer bien eran videos para artistas. Fue muy enriquecedor, cada programa, cada artista, cada personaje era una amigo nuevo. Organicé una red que hasta ahora continua a pesar de que el programa acabó hace un par de años.

Hablando de eso, en los últimos años han aparecido nuevos realizadores como Álvaro Velarde, Josué Méndez, Frank Pérez-Garland, entre otros, ¿crees que se está abriendo un nuevo horizonte en el espectro de la producción nacional?

No sé si se está abriendo o cerrando. Siempre habrá alguien que pueda hacer algo, lo ideal sería que todos pudiéramos hacer una película al año, en todo caso creo que el boom del video digital ayuda mucho.

¿Por qué el humor fresco y criollo  y no un drama?

El humor fresco y criollo es para no hacer más drama, es la salida que tenemos los peruanos para enfrentar las  adversidades y los dramas: la tragicomedia.

¿Cómo vas a desarrollar estas dos películas?, ¿veremos a los mismos personajes o vas a recrear nuevas historias en función a las ciudades que has escogido?

En España tengo que ver in situ el contexto para darle mayor peso a la historia que trata sobre actores peruanos montando la obra de teatro Ollantay. Quiero ver el sentido de venganza contra los españoles, la idea de ser siempre los conquistados: primero España, luego el capitalismo, etc. El guión está casi listo, de los personajes sólo se mantienen el de Giovanni y Jimena, quienes se encuentran años después en Madrid.

Dicen que uno nunca se termina de ir de su país, para ti, ¿es tu película una especie de retorno?

La película es un mapa de regresos, una mirada nostálgica, un atisbo de querer volver, como encontrar el mapa en la botella. Aún me quedan dos películas para empezar a volver.

 

 

 

 

Wednesday, February 17, 2010

Entrevista (Peru21)


Entrevista 

Juan Manuel Calderón 

VIDEASTA 

por Benny Chueca


“Mi película cuenta cómo perdí todo en Nueva York”


Antes de irse a Nueva York, Juan Manuel Calderón hizo algunas muestras de video. Todos los lunes de este mes, en El Cinematógrafo (Pérez Roca 167, Barranco), se proyecta Las razones del exxxilio, su última película –de muy bajo presupuesto–, con Giovanni Ciccia, Jimena Lindo, Sergio Galliani y otros.  




Autoficha: 

Nací en Lima, en 1967. Crecí en el Rímac. Perdí un par de años en Economía, en la Universidad San Martín; después estudié Ciencias de la Comunicación, en el Instituto Jhon Loggie Bird; en mi promoción estaban Fermín Tangüis y Giovanni Ciccia. Vivo en Nueva York, en Brooklyn. Me muevo en tren por la ciudad... me robaron mi bicicleta. Me levanto a las 6 a.m. y me voy a pasear un perro a las 7 a.m., en el Central Park... son 15 dólares extra al día; y empezar el día en el parque no está nada mal... a veces yo le tiro la pelota, a veces él me la tira a mí... es mi terapia. 


“Vivo en Nueva York. Tuve una etapa más o menos buena. Estuve sacando un programa sobre artistas latinos en Nueva York, en la TV de acceso público, que tampoco es la gran cosa. Allá cualquiera puede poner lo que quiera en TV”, explica Juan Manuel Calderón. 

¿Qué es la TV de acceso público?

Cada barrio de Nueva York tiene un canal de acceso público en el que cualquiera de la comunidad puede poner contenidos. Los espacios son de una hora o media hora y lo pasan por cable. No permiten tener publicidad. Entonces, si se tiene la plata o las ganas, que es lo que yo tenía, podía trabajar esperando una beca para financiar mi trabajo. Hice como seis capítulos, un corto y esta la película, pero pasaron cosas y dejé de hacerlo. 


¿Cómo se gana la vida?

Trabajo en una tienda de venta de artículos de campamento, escalada y esas cosas, de lunes a sábado 10 horas.   


¿Cuándo llegó a Nueva York?

Llegué dos días antes de que cayeran las Torres Gemelas. Fue un recibimiento que interpreté como que la ciudad me decía, ‘o te vas o te quedas’. Y por eso siempre me quedó la sensación de quererme ir. 


¿Usted vio la caída?

Sí. Yo estaba en Brooklyn, grabando por casualidad. Después, HBO hizo un documental con pedacitos que la gente había grabado y eso estuvo incluido. Era la única parte en castellano del documental. Se escucha mi voz preguntando, ‘¿esas son las torres?’. Cuando cayó la segunda, todos enloquecieron. 



Usted tenía un trabajo de videos hecho aquí. 

Sí, en los 90 comenzamos con Fermín Tangüis y el Anti el movimiento de video independiente. Empezamos con videos para bandas, para grupos de teatro, de danza y los típicos videos de matrimonio y para de empresas. Yo tuve como tres muestras de mi trabajo de video: EncierroRegresionesRedenciones, que proyectaba en bares, cineclubes. 

Sus videos eran hechos con escasos recursos, de acabado ‘casero’.  

Eran la respuesta a que nunca hubiera nada y también a haber empezado en esto con en los tiempos del VHS. Hacíamos lo que queríamos con lo hubiera disponible. Según cómo le sacábamos la vuelta a la escasez salían cosas como experimentales...


¿Por qué se fue a Estados Unidos?

Por que me casé, con una gringa. 


Uno de los sueños más alucinados de los peruanos...

Claro, rubia, bonita y con mudada a Nueva York (ríe). Yo esperaba hacer video allá, tenía un plan a mediano plazo, para lo cual necesitaba una red de amigos –por eso hice una serie de documentales sobre artistas latinos–. No quería parar de producir ni de escribir. Hice el guión de esta película, pero el plan fue demasiado largo como para sostener al mismo tiempo mi sueño y mi matrimonio. Una de las cosas tenía que ceder, pero cedieron las dos. Perdí soga y cabra.... eso está en la película. 

¿Esas son las razones del exxxilio, como dice el título de la película?


No hay razón. Me fui a Nueva York no porque fuera un superdirector y quisiera estar allá sino porque era un buen esposo, no sé, un buen chico. Es también un juego de palabras, de lo que sería la trilogía de ‘motivos, razones y circunstancias’... la del profesor Jirafales. 


En la película narra la historia de este director que se queda sin hacer su película, sin esposa y casi sin amigos

Empecé a escribir ese guión como un mapa de qué tendría que pasar para que yo regresara a casa: que me dejara a mi mujer, que fracasara haciendo cine, que me quedara sin amigos... Al final todo ocurrió y ni siquiera me pude ir. 


¿Cómo se siente ahora allá?

En realidad, bien. Esta es la primera vez que tengo plata –que la me gano sacándome la mugre– en el bolsillo. Ese trabajo lo conseguí para olvidarme de todo y me da para venir acá un mes de vacaciones. Y eso me hace bien.  


Reunió un excelente grupo de actores para la película: Giovanni Ciccia, Sergio Galliani, Jimena Lindo. ¿Cómo hizo?

Antes de que pasara todo esto de la separación, había puesto en movimiento una serie de engranajes. Yo estaba en Utha, en las montañas, en casa de mi mejor amigo, a donde había ido para despejarme. Cuando conseguí una computadora encontré un mail de Giovanni que decía que venía él, Jimena, Galliani y Vanesa Saba en una semana. Tuve que volver inmediatamente y me reconecté con el colectivo de artistas hispanos que habíamos hecho, que se llama Hispanic Attack...


Que expuso en Lima. ¿Fue difícil hacer la película?

No. El guión estaba hecho para no complicarse. Yo simplemente ponía la cámara y ellos actuaban. Había mucha improvisación. Si se ven detalles es porque usaba el zoom, que pixelea la imagen, lo cual le da una pinta de bajo presupuesto; allá, le dicen ‘low budget’... yo le digo ‘no budget’. 


Está satisfecho con la película?

Me gusta que la gente la vea, que la entiendan o no. Es mi primera película, que es un video más. Y sigo así. Hacemos exposiciones con los artistas peruano, siempre con la idea de recaudar fondos para mi siguiente película. 


Y qué tal los artistas allá?   

Todos van por lo mismo, sobrevivir y avanzar. De hecho es caro, pero uno puede ahorrar dólar por dólar. 

    



notas

Juan Manuel Calderón

GARABATEANDO SUPERVIVENCIAS

Se estrena en Lima “Motivos para el exilio”, película independiente de Juanma Calderón, que funciona como la segunda parte de una trilogía que juega con el low-fi, la comedia serie B y la criollada nacional.

Por: Santiago Pillado-Matheu

Es interesante adentrarse en el cine de Juan Manuel Calderón, por varias razones. En primer lugar, porque se trata de una genuina expresión artística que rinde original tributo a lo popular, desde atmósferas dispersas y personajes relajados que poco o nada buscan para satisfacer lo mucho que les podría faltar. Segundo, porque en medio de tanta película nacional realizada cuidadosamente, con tono publicitario y con importantes inversiones en producción y adquisición de actores, pero sin mayor contundencia ni profundidad a nivel de guión, Juanma nos regala una suerte de oda a la carencia, a la ausencia, a la más precaria desfachatez y anarquismo de una clase media que aspira a tener, básicamente, tiempo para huevear. Y en tercer lugar, porque la propuesta, por más incompleta o inconsistente que pudiera parecer, contiene un espíritu vivo, un alma grande, con la que nos logramos identificar a través de la pantalla.

Radicado en Nueva York, desde hace más de un lustro, Juanma esbozó lo que sería una trilogía fílmica que tendría como protagonista a su alter ego, Gabriel Calderón, un director de cine al que se le pasea el alma y que, por ende, se ve involucrado en aventuras realmente fuera de lo común. En 2003, con Giovanni Siccia, Sergio Galliani, Jimena Lindo, Vanessa Saba y un puñado de amigos radicados en la Gran Manzana, filma la primera parte de su proyecto: “Razones para el exxxilio”, una cinta en la que el protagonista quiere filmar una película porno “existencialista” pero le hace falta dinero, el cual es conseguido a través de un integrante de la mafia rusa, quien le pone una única condición: la actriz debe ser su novia, un travesti latino de pésimas cualidades histriónicas y escaso cerebro. La poca prolijidad técnica de la película funciona como un marco que añade carcajada a las insólitas y entrañables conversaciones que envuelven al equipo de rodaje. Gabriel, el director, una especie de “bueno para nada”, de pronto entra en trompo y despide al travesti. Tras amenazas y persecuciones por parte de la mafia rusa, por haber incumplido el trato, saldrá ileso, como por arte de magia, y logrará regresar al Perú con vida. Y es ahí desde donde empieza la segunda película que ahora se estrena en Lima. 

“Motivos para el exilio”, segunda parte de la trilogía, nos muestra a Gabriel como una gran promesa del cine nacional, quien, a causa de su mala experiencia con la ficción, decide dedicarse a realizar documentales. En este caso, un documental dirigido desde Lima, pero realizado en Madrid, que es la intromisión a un sombrío plan esbozado por un grupo de teatro que quiere representar el mito de Inkarri en una pequeña iglesia madrileña, en la que se encuentra la calavera de Pachacútec. Además, los líderes del grupo teatral son hijos de un patriarca, inspirado en Ezequiel Atahucusi, que anhela cumplir una profecía (recuperar la cabeza de Pachacútec) para salir elegido Presidente del Perú.

Director espectador

Heredero, sin saberlo, de la tradición del cine independiente andino, ese que realiza gente como Palito Ortega, Flaviano Quispe, Henry Vallejo y Mélinton Eusebio, Juan Manuel Calderón tiene sus códigos bien en claro, aunque para muchos puedan significar un despropósito: un cine que pretende registrar “momentos” de algo que “está sucediendo”, donde el director es también un espectador. “Una especie de happening, barato nomás, cuyo objetivo más cuidado es que sucedan las cosas, sin pretensiones de nada. Un cine de guerrilla, especialista en supervivencia”.

¿Porqué la idea del exilio?

Porque estaba en Nueva York, pues. La idea creo que aparece con el guión de la primera película y ahí se arma la idea de la trilogía: Nueva York, el éxito, la fama; Madrid, la reivindicación, la venganza de la conquista; y Japón, el honor mancillado, el kamikaze peruano que se inmola para ir a matar a Fujimori. Pero, bueno, desde que empecé con esto ya Fujimori está en Lima y ya perdió sentido todo eso. De hecho, son lugares donde hay muchos peruanos, y eso tiene que ver con la idea de las metas que uno se traza en el exilio, que son las razones por las que uno se va. En ese sentido, en la idea de la trilogía está el asunto de ponerme obstáculos, de hacer algo más tranca cada vez. Plantearme retos cada vez más difíciles, que no necesariamente voy a hacer pero que me funcionan como un proyecto de largo alcance, como algo en lo que ya estoy metido.

“Motivos para el exilio” es filmada en Madrid, pero con algunas escenas realizadas en Lima.

Sí, bueno, yo vine a Lima para terminar algunas cosas, con la idea de garabatear un poco la película. No estaba contento con lo que había hecho allá, no me gustaba, renegaba, estaba todo como muy limpio y al mismo tiempo no decía nada, así que grabé acá cosas para que se entienda menos aún, para que tenga un look más inservible, que funcione mejor con el universo que quiero graficar. Me interesa eso de “lo hacemos”, sin mayor interés por nada, por ningún resultado en concreto. Yo busco unir a mi gente y busco la adrenalina del día del rodaje, eso es lo que me importa, que suceda. Por eso, en las películas que yo hago, cualquiera puede hacer lo que le de la gana.

En la película manejas una especie de simbolismo que hace acordar en algo a Jodorowski, con esa ambigüedad entre lo mágico y lo decadente o gore.

Sí, ya me han dicho que mi cine se parece al de él, pero yo ni lo manyo, no sé quién es; pero lo voy a buscar, ya me ha dado curiosidad. Mi idea es la de graffitear las películas, y por eso volví a Lima a terminar de filmar, porque acá también puedo trabajar solo, con mi cámara en la mano, sin depender de tanta gente. Si te fijas, en la película hay saltos de audio, y un montón de cosas que no están cuidadas. En Madrid ya había demasiada gente interviniendo en la película, demasiada producción para mi gusto. En la escena final, cuando a Gabriel lo botan del carro en la Herradura, está el verdadero mundo del personaje que lleva la trilogía: alguien que no sabe dónde está parado. Por eso es importante que no se entienda mucho al ver la película, porque así entras al universo de este pata que no sabe nada de nada.

¿Cómo es tu dinámica de trabajo como director?

Hay una cosa que me pasa que es como que entro en una especie de shock, no me acuerdo de nada de lo que ha pasado; entonces, como ya está hecho, ya está, ya sucedió. Yo como director también trato de ser un espectador, es decir, convoco a la gente, armo la cosa, digo “acción” y me quito; eso es lo que me interesa, registrar el acontecimiento, el suceso. Lo demás son preguntas que tengo que responder a los actores, al camarógrafo y a los que tienen que ver con la escena. Y una vez que ya está, pues ya está. Ahí queda, ahí lo dejo.

Es como un happening.

Sí, yo fomento que se grabe, que se registre esa atmósfera, como pasa en las películas. Por ejemplo, una actriz que había invitado para la escena final, la que hacía de Juliana en la película del grupo Chaski (Rosa Isabel Morffino), que era perfecta para unir todos los cabos de lo que yo quería decir, cuando además se celebraban los 20 años de la película “Juliana”, se accidentó practicando con el mototaxi y, como no podíamos parar por eso, ahí nomás tuvo que quedar. Vete caminando, le dije al protagonista.